7 de febrero de 2015

Hoy, un microrrelato...

MATAR: UN JUEGO INOCENTE.


La sombra de los árboles se dibujaba en la arena con un remolineo inquietante, como las palmeras en la playa víctimas de un viento juguetón.
— ¿Es hora? —Lissie, apoyada en el alféizar de la ventana seguía los movimientos de las sombras en la penumbra. Aquél a quien le hablaba asintió y le tendió la mano, dedos blanquecinos y encorvados.
—Espera un momento —la niña cerró la ventana y bajó de la silla, tomó la mano que se le ofrecía y sonrió encantada. Caminaron hasta una casa a doscientos metros, Lissie entró sin ser advertida y se llevó en sus pequeñas manos el último aliento de los que allí habitaban.
— ¡Listo! —Sonrió y estiró la mano, salieron de la casa y su acompañante sonreía, satisfecho. Caminando de vuelta a casa, Lissie daba saltitos y conversaba alegremente. Desde una ventana cercana, un hombre mayor veía la escena y con confusión e intriga se preguntaba ¿Por qué aquella niña paseaba sola a esas horas?

POR: CLAUDIA.

  


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4 comentarios:

  1. Hola!!! He quedado impresionada con tu relato :)
    Te sigo desde ya!
    Mi blog: http://unadosisdelectura.blogspot.com.es
    Besos

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    1. ¡Gracias, Mar! Ya te sigo... ¡Anímate a compartir con nosotros todas tus ideas!

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